El «sí» al Brexit implica reabrir la pugna librada por Gibraltar, la colonia británica que España reclama desde hace más de tres siglos. El Gobierno de Mariano Rajoy lo ve como una oportunidad muy clara para avanzar en la batalla por la soberanía española.
El ministro principal de Gibraltar, Fabián Picardo, ha dicho en su primera aparición tras la aceptación del Brexit que Gibraltar nunca será español, ni en parte ni en su totalidad.
En su discurso llevado acabo ante el Parlamento de Gibraltar, se ha mostrado muy convencido de que, a pesar de la salida del Reino Unido de la Unión Europea, no existirá conversaciones sobre la soberanía del Peñón de Gibraltar. Aun así, a pesar de que Gibraltar mostró siempre su incondicional apoyo a continuar en la UE, no está dispuesto a pagar el precio de la soberanía a cambio de entrar algún mercado.
Tras el apoyo al Brexit, el Gobierno representado por Mariano Rajoy, en funciones desde diciembre, propone una soberanía compartida durante un periodo pasajero, que permita a Gibraltar mantener un completo acceso al mercado europeo, sin afectar sus relaciones comerciales.
El objetivo tras ese lapso de tiempo, en el que se mantendrían las banderas de España e Inglaterra al mismo tiempo, es que los gibraltareños puedan contar con la nacionalidad británica y con un estatus económico-fiscal privilegiado, sería la justa restitución de Gibraltar a la soberanía española, dicho en palabras del actual ministro de Exteriores de España, José Manuel García Margallo, concluyendo su intervención con la frase “La bandera española en el Peñón, está mucho más cerca».
Lo que no se puede negar es que el Brexit preocupaba en Gibraltar, ya que el 95,6% de sus 20.000 habitantes votó el jueves en contra de esta propuesta.
