La impresión 3D ha madurado de una forma asombrosa, ha pasado de ser tecnología lejana siempre en desarrollo. Sin embargo, sus aplicaciones aún están limitadas al alcance que estas pueden llegar a tener en muchos campos laborales.
La impresión 3D ya está presente en zapatillas, medicinas, coches, prótesis y hasta edificios completos, pero no había tenido impacto en el arte culinario.
Impresión 3D comestible
Fuera de aquel diseño de gominolas y uno que otro dedicado a crear pastelillos, no habíamos visto impresoras 3D capaces de crear comida.
Ahora gracias al proyecto desarrollado en la Universidad de Columbia en Nueva York, la impresora 3D de alimentos es posible, ellos aseguran que podría cocinar los alimentos e «imprimirlos» para ofrecer una atractiva presentación, con el objetivo de disminuir el desperdicio de comida ya que sólo se imprimiría la cantidad necesaria y exacta de comida y calorías, además de que serviría para llevar un control nutricional al imprimir sólo las capas que se requieran según una dieta especifica.
3D Food Printer 8
En el proyecto colaboró el Centro Internacional Culinario (ICC) y estudiantes de ingeniería mecánica, así como profesores de la misma Universidad de Columbia.
El funcionamiento de esta impresora se basa en una mezcla de ingredientes que están ubicados en ocho cartuchos intercambiables, los cuales son una especie de puré congelado; la impresora tendrá la capacidad de descongelar el producto, mezclar los ingredientes y realizar el diseño del alimento que se creó previamente a partir de un software específico.
La mala noticia es que se plantea su lanzamiento para el 2020, esto cuando el coste de ciertos insumos disminuya y que quizá algún inversor se asocie con los creadores, ya que al día de hoy crear un dispositivo de este tipo es financieramente imposible, sin embargo, sus creadores están convencidos que este puede ser el futuro de la comida, sobre todo en restaurantes que desperdician bastante comida.