En España hay actualmente dos gigantes que controlan todos los canales privados salvo algunas excepciones sin apenas espectadores. Los canales públicos, que si compiten en espectadores, no lo hacen a la hora de repartir el pastel publicitario, por lo que el panorama para estas dos compañías era muy positivo hasta la llegada a España de los canales de pago por Internet Netflix o HBO. Cierto es que la piratería ya estaba haciendo mella y que los jóvenes ya se estaban desenganchando de ver la TV en formato tradicional. Pero es que la llegada de estas plataformas online están poniéndolo tan fácil que la horquilla de interesados se amplia hasta para jubilados un poco mañosos.
Hay quien dice que el negocio de las petroleras tiene caducidad debido al coche eléctrico. No cabe duda. Pero antes incluso veremos como el negocio de los grandes canales de TV se resiente más. Desde luego no es momento para entrar en ellas.