El sector de la construcción española sale de la hibernación a la que ha sido sometido durante casi una década de manera lenta y perezosa. Los años del boom constructor y los horizontes llenos de grúas posiblemente no vuelvan nunca, pero cierta reactivación constructora, tanto en el sector privado como en el público, es necesaria.
Hay una buena cantidad de empresas que van a verse beneficiadas por un aumento de la actividad constructora. Coemac, antiguamente conocida como Uralita, es fabricante de determinados componentes utilizados para construcción de viviendas. Es un buen ejemplo de pequeña empresa que espera como agua de Mayo licitaciones de proyectos, obras y aumento de la construcción en general. Ha pasado 2016 reestructurándose y vendiendo parte de su negocio: ahora es una empresa más pequeña y con menos beneficios, pero también más saneada. Ayer subió más de un 6% para quedarse en una cotización de 0,66 euros. Si la reactivación de la construcción o es un espejismo, Coemac va a dar alegrías a sus accionistas.