A grandes rasgos se ha visto la intensidad que tienen los colores al intervenir en el bienestar tanto físico como psicológico de todas las personas. Por ejemplo, se sabe que el color verde es beneficioso cuando se tratan problemas de insomnio y dolores de cabeza.
A diferencia de este, el naranja va estimulando el sistema respiratorio y el apetito, así como el amarillo va perfeccionando la energía para el buen humor. Desde tiempos antiguos en países orientales, los colores se han utilizado como una buena estrategia de sanación y hoy en día lo ponen en práctica como un estilo de vida.