Un nuevo acuerdo se ha descrito dentro de México y EEUU, en el que se establece enviar 30% de azúcar refinada a EEUU desde México, teniendo en cuenta que anteriormente se enviaba alrededor del 50% y el resto era únicamente como no refinada.
Así mismo, también se describió la reducción de la calidad del azúcar mexicana, de forma que pueda ser exportada con fuentes de buen proceso y con un control específico para las cantidades, requiriendo ante todo el grado de polarización y que no rebase los 99.4% de contenido de sacarosa, respectivamente. Con estas condiciones, el acuerdo se estima sea un completo éxito.